Fortuño es derrotable

Con un llamado a redoblar esfuerzos en preparación para el paro general del 15 de octubre y continuar luchando a favor del plan médico de los jubilados, el presidente de la Unión de Trabajadores de la Industria y Riego (UTIER), Ángel Figueroa Jaramillo, concluyó su mensaje a los trabajadores de la Autoridad de Energía Eléctrica fentre a La Fortaleza.

Varios miles de miembros de la UTIER y empleados despedidos de otras agencias marcharon antes del mediodía desde el parque Luis Muñoz Rivera hasta el Capitolio. Luego, la manifestación se trasladó hasta el Viejo San Juan, donde los líderes pronunciaron sus mensajes en la intersección de las calles Cristo y Fortaleza ante medidas reforzadas de seguridad.


No se reportó incidente alguno en la manifestación. El reclamo principal de los líderes de la UTIER es el cambio del plan de salud que se les ofrece a los jubilados del gremio, el cual contiene un alza sustancial en el costo de medicinas y un cargo de $250 por incluir al cónyuge.

“Fortuño es derrotable, y lo vamos a derrotar”, sostuvo Figueroa Jaramillo. Al final de la actividad, varias empleadas despedidas de la Oficina de Comunidades Especiales mostraron carteles con las fotos de sus hijos y reclamaron al gobernador Luis Fortuño por haberlas dejado sin el sustento de sus familias.

Antes de partir hacia Viejo San Juan, varios cientos de trabajadores, la mayoría con camisetas amarillas, escucharon mensajes de apoyo de líderes de otras uniones en la avenida Ponce de León.

“Auguro que Fortuño no durará los cuatro años en La Fortaleza, se va a tener que ir”, sostuvo el ex presidente de la UTIER, Ricardo Santos.

“Mentiras, mentiras, gobierno de mentiras” fue una de las consignas que corearon los manifestantes.

Por otra parte, el líder de la organización sindical Proyecto de Solidaridad UTIER, Luis Pedraza Leduc, sostuvo que la convocatoria al paro de hoy se amplió del reclamo original sobre el plan de salud de la unión, para incluir la seguridad de empleo de todos los empleados públicos.

Fuente: El Nuevo Día (30 de septiembre de 2009)